La alopecia areata es una enfermedad de causa desconocida y de origen autoinmune en la que las propias defensas del organismo destruyen el cuero cabelludo dando lugar a la aparición de placas o áreas alopécicas. Es una alopecia no cicatricial y por tanto potencialmente reversible. La forma más frecuente consiste en placas redondeadas u ovaladas, solitarias o múltiples en el cuero cabelludo, pero en ocasiones puede ser generalizada afectando a la totalidad del cuero cabelludo (AA total) o al pelo de todo el cuero (universal). También puede localizarse en exclusiva en cejas, barba u otras localizaciones. Afecta al 1% de población por lo que no es un proceso infrecuente.
La evolución de las placas es variable, pudiendo repoblar de forma espontánea sin requerir tratamiento, repoblar tras ser tratadas o no conseguir respuesta. Normalmente, las formas localizadas, dentro del cuero cabelludo y de menor tamaño suelen presentar mejor pronóstico frente a las formas generalizadas. Aunque es una patología limitada al folículo piloso, puede acompañarse de alteraciones ungueales y de otras enfermedades autoinmunes que habrán de ser descartadas. Además de esto, la alopecia areata puede asociar un importante impacto psicosocial y empeorar la calidad de vida del paciente.
Existen múltiples tratamiento empleados para tratar la alopecia areata como son los corticoides tópicos, intralesionesles y sistémicos, junto con inmunosupresores clásicos como la ciclosporina o el metorexate y las técnicas de autosensibilización como la difenciprona o el ácido escuárico.Además, cada día van apareciendo terapias novedosas como son los minipulsos de dexametasona, la antralina tópica y los inhibidores de JAK para tratar a pacientes resistentes.
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