Origen:
El principal factor implicado en la aparición de manchas en nuestra piel es la radiación ultavioleta que llega a la Tierra procedente del sol y que puede dividirse en radiación ultravioleta A, B y C, siendo las dos primeras las más implicadas en la aparición de manchas, fotoenvejecimiento y cáncer de piel. No obstante, estas radiaciones no son su única causa; el uso de anticonceptivos hormonales, los embarazos, algunos fármacos y el paso del tiempo, son también responsables del desarrollo de manchas en nuestra piel.
Localización:
Como es lógico, las áreas de la misma que se encuentran más expuestas durante todo el año a la radiación solar serán las que más manchas presenten: cara, dorso de las manos y zona del escote.
Prevención:
Tipos:
- Las efélides axilares o “pecas”: Lesiones pigmentadas pequeñas que se extienden principalmente por las mejillas, labio superior y área frontal. Suelen estar presentes desde la infancia.
- Los léntigos actínicos o solares: De mayor tamaño, debidos a la radiación UV y localizados principalmente en escote, mejillas, sienes y región frontal y dorso de manos.
- Melasma o “paños”: Áreas marronáceas difusas localizadas en región facial. Tienen relación con la radiación solar pero también con los anticonceptivos y embarazos previos.
Tratamiento:
Lo primero y más importante es una buena valoración y diagnóstico inicial por un médico especialista en dermatología. Es la única forma de diagnosticar el tipo de mancha que presenta el paciente, descartar otros problemas dermatológicos más graves y seleccionar el tratamiento adecuado.